VIAJANDO EN LAS ESFERAS DE LO INTANGIBLE
- Estefanía Gomez Rosas
- 27 ene 2021
- 6 Min. de lectura
““Mi alma vagaba lejos de mi cuerpo,
en las brumas perdidas de la Idea,
perdida allá en las notas de la música
que según dicen cantan las esferas”
Miguel de Unamuno
Voy a relatar, querido lector, una historia inconcebible para muchas almas humanas, pero creíble para las personas creyentes en las señales del universo. Los días eran fatales para mi ¿ha sentido usted, apreciado lector, una tristeza infinita en su alma? ¿ha sentido una opresión en el pecho, pronosticando una terrible tragedia? Así me sentía aquellos días, pero llegó algo que cambio mi vida, aconteció algo irreal para la mirada inquisidora de los escépticos, los cuales lo considerarían un sueño o una alucinación, pero le aseguro, querido lector, los acontecimientos aquí mencionados son verídicos, permítame contarle mi historia.
El primero de Abril del año 2020 desperté con un horrible presentimiento, el cielo estaba oscuro, todas las nubes grisáceas anunciaban una terrible tempestad, en mi vida se avecinaba una tormenta, sentía un dolor en el esternón, una opresión en mi corazón, me sentía triste pero no sabía el por qué, sentía nauseas del mundo, el mundo no resultaba fácil para mí, la realidad no era como la había soñado y le rogaba a Dios todas las noches que iluminará mi senda, estaba cansada de los humanos, almas naufragando entre mentiras, engaños, envidia, rencor, maldad y odio, observaba desde mi ventana la inmensidad del cosmos, la vastedad del universo, por cada lagrima que yo derramaba, caían millares de gotas del infinito cielo.
Una lluvia torrencial nos dejaba en las tinieblas e inundaba mi alma, yo me encontraba absorta en mis pensamientos, observando el cielo con nostalgia, ¡y de repente! Apareció una asquerosa rata en mi ventana, estaba temerosa, al parecer la inundación había destruido su madriguera, yo sentía que me rogaba con sus ojos que dejara de llorar, yo era la causante de tan impredecible diluvio. Tengo que aceptar, querido lector, que siempre he sentido la fuerza de la naturaleza manifestándose según mis sentimientos o pensamientos, a veces me he sentido parte de algo intangible, inexplicable, difícil de expresar con palabras, la aparición de la rata me dejo nerviosa, odio las ratas con todo mi ser, para mi significan peste, plaga, muerte y pestilencia, odiaba a este horrible roedor, pero me conmovió su mirada, la pobre estaba atemorizada por la lluvia, podía ver sus ojos brillantes, suplicándome que dejara de llorar.
La rata me hizo señas, al parecer quería mostrarme algo, pensé en salir de mi casa y perseguir a la rata, era una decisión un poco loca, pero presentía que ese horrible roedor tenía el secreto al por qué me sentía tan triste y nostálgica, ella tenia la respuesta a las preguntas con las que tantas veces exhortaba a Dios. Así que rápidamente me dispuse a salir, cubriéndome con mi abrigo y mis botas de invierno, perseguí a la rata bajo la lluvia, corría extremadamente rápido y yo trataba de no perderla de vista. Unos minutos más tarde llegamos a una parte en la que nunca había estado, y observé a lo lejos un avión pequeño en medio del bosque, al principio sentí miedo, pero me pareció curioso e interesante, el avión era muy antiguo, se parecía al de los hermanos Wright ¿a dónde me había guiado la rata?
Observé bajo la luz tenue del cielo, el mundo seguía oscuro y lúgubre, y la lluvia cada vez se hacía más fuerte, ¡y de repente! Observe a un ermitaño (al parecer era el dueño de la rata, ella era su mensajera), el hombre estaba de pie al lado del avión y la rata estaba sobre su hombro y me dijo: “si no para de llorar, tendremos otro diluvio, y lastimosamente, no tenemos otro Noé disponible por el momento” y soltó una carcajada. El hombre tenía unas gafas de piloto sobre su sombrero, un reloj alado en su cuello, un gabàn negro y unas botas altas de cuero. Lo observé y no tuve miedo, el hombre me generaba confianza, tengo que aceptar, querido lector, que hasta el momento la historia parece un sueño, pero fue un hecho real y yo estaba siguiendo las señales del universo.
- ¿Quién es usted? – le pregunte - ¿es suya la rata?, ¿usted la envió por mí?, ¿cómo me conoce?
- ¿quiere respuestas, señorita? ¿quiere conocer la verdad? – me dijo con mirada inquisitiva.
El hombre me resultaba enigmático e interesante, parecía un viajero de la antigüedad, su vestimenta era muy extraña, y resulta curioso para mí, ya que el hombre me hacía sentir mucha paz y tranquilidad, ¡y de repente! se subió al avión, se coloco sus gafas de piloto y me dijo que daríamos un viaje para conocer la verdad absoluta, como el viajero en el poema de Parménides, me dijo que necesitaba encontrar mí verdadera esencia, descubrir los enigmas de mi alma y entender el por qué me sentía tan triste y angustiada.
- ¿es usted un ser humano, señorita? – me dijo en tono irónico- nunca se ha preguntado su verdadera naturaleza, ¿Por qué los desastres naturales como tormentas, o los días soleados dependen de su estado de ánimo?, ¿ya ve como tiene al mundo bajo una tormenta?
- Son hechos aislados – le dije con tono altanero - es la naturaleza, soy una mortal más, mis sentimientos o emociones no influyen en nada, ¿acaso cree que tengo el poder para cambiar el clima?
Acompáñeme, quiero mostrarle algo, saco de su bolsillo otras gafas de piloto y me dijo que las usara, a medida que ascendíamos podía ver las hermosas nubes y el cielo, ya la tormenta había cesado y el sol se disponía a salir, el piloto me dijo que bajara del avión pequeño, que todo estaría bien, ¡y de repente! El avion quedo suspendido en el cielo, y me dijo caminaremos sobre las nubes y quiero que observe hacia abajo, vea a los humanos, no los divisará como personas individuales, las almas de los hombres son como un jardín de rosas, existe una gama de todos los colores, cada individuo tiene su propio color, existen negras, blancas, rojas, amarillas, verdes, naranjas, moradas, etc. Y entendí el por qué sentía tanta tristeza en mi corazón cuando bajè la mirada. Divisé las almas y mi jardín de rosas rojas, amarillas, blancas y negras, sentí una escarcha plateada sobre mi rostro, unas aladas criaturas dejaron caer su esencia sobre mi rostro, revolotearon en mi mente las ideas.
Hermosas imágenes, a pesar de todas las almas oscuras, era un mundo maravilloso y fantástico, amo ver el mundo, los animales, las flores, las rosas, las montañas, los ríos, mares y océanos, odio el mundo de los humanos, ¡y de repente!, las aladas criaturas volvieron a soplar la escarcha sobre mi rostro y desperté acostada sobre el césped, observando la suavidad de mi nube blanca, perdida allà en las esferas de lo intangible; pienso mientras observo las nubes y los ciclopes miniatura me abrazan, los observo y me pregunto “¿por qué me abrazan? ¿Me quieren amar o asesinar? ¿Por qué no son gigantes? ¿Por qué tienen un solo ojo?” y me responden “somos seres irreales, el lenguaje de los hombres nos creó, etimológicamente somos kýklops (un círculo, un ojo), existimos en potencia, no en acto”, pero yo los podía ver y tocar, veía la pureza en sus almas.
Y de repente…. ¡despierto de mis ensoñaciones!, estoy sentada en mi banca azul, observo mi jardín de rosas amarillas, rojas, rosadas y blancas. Estoy sola, todo fue un sueño, un producto de mi imaginación, pensè y pensarà usted, apreciado lector, que todo fue una ensoñación. ¡pero que suave se sentía esa nube!, mi imaginación no es muy poderosa, y de repente, querido lector, escuchè una voz a lo lejos: “ tú no estás sola - responde mi perro entre ladridos - la rata, el piloto, las aladas criaturas, los ciclopes y demás criaturas te observamos y cuidamos, eres la elegida, el mundo te contempla, nacimos para servirte, eres nuestra Diosa,el Eterno, eres nuestra Reina, los ciclopes te abrazan porque te aman, yo te cuido mientras descansas y contemplas tu creación desde el cielo”. El cielo está soleado, todos los colores se manifiestan más brillantes y lucidos, descubrí la verdad absoluta, no fueron ensoñaciones, todo mi viaje fue real, querido lector.
Ahora lo recuerdo todo, desde aquel Primero de Abril me he dado cuenta que en el mundo existen almas de todos los colores, desde el cielo vi las almas de los humanos, todas son oscuras, "y vio el Eterno que era grande la maldad del hombre en la Tierra, y que todo el impulso de los pensamientos en el corazòn de los humanos era exclusivamente malo todos los dias. Y se arrepintiò el Eterno de haber hecho al hombre en la Tierra, y se afligiò es su corazòn" el mundo está podrido, desde aquel dia he llorado desconsoladamente, apreciado lector, al descubrir la verdad, tuve amnesia durante muchos años, pero he vuelto a recordar, yo inundè el mundo con mis lagrimas, ya entiendo las palabras del piloto cuando menciono a Noe, desde aquel día todo es grisáceo, “Soy una Diosa, soy el Eterno, habito las esferas de lo intangible, he vivido una eternidad, he luchado contra la verdad, tratando de olvidar pero siempre me encuentra viajando en las esferas de lo intangible, estoy tan agligida, me entristece la realidad, vuelvo a refugiarme en mi morada, la lluvia de mis lágrimas inunda la ciudad nuevamente, contemplando las rosas de mi jardin me he dado cuenta de la verdad… Y así será por toda la eternidad, querido lector, mi viaje en las esferas de lo intangible se repetirá infinitud de veces y siempre descubriré la triste verdad.
AUTORA:
Estefanía Gómez Rosas
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