LAS MANZANAS DE ORO
- Estefanía Gomez Rosas
- 22 ago 2020
- 3 Min. de lectura
¡Ninfas!, ¡hijas del Titán Atlas!, ¡os encomiendo cuidar del jardín amazónico, os lo suplico! las manzanas de aquel árbol son muy valiosas para los Dioses, sólo ellos pueden consumir el néctar de su fruto. ¡Os otorgo la inquebrantable tarea de custodiar y proteger con sus vidas, bellas Amazonas, las manzanas de oro! ¡os lo suplico, cuidad del jardín! El oráculo de Delfos ha predestinado el viaje de maléficos humanos, su procedencia es dudosa, tenemos que proteger las manzanas, la avaricia de estos humanos no tiene límites.
Yo, el dragón de las Hespéridas Amazónico, batallaré junto a ustedes, mis bellas Ninfas Amazónicas, y juntos custodiaremos el fruto de este árbol. Se ha predestinado muerte y destrucción, pero nosotros cambiaremos ese destino trágico que nos han impuesto las Oneidas. ¡Escuchad, el barco está zarpando, ya han levado sus anclas!, ya están a punto de descender, estos hombres del viejo mundo, no lograran saquear nuestro oro.
Tenemos que camuflarnos, ellos deben pensar que somos humanos, al igual que ellos. Nuestros disfraces son perfectos, somos unos nativos del Amazonas, indígenas con sangre de guerreros, hijos del maíz, creaciones de los dioses Tepeu y Gucumatz, lucharemos al lado de nuestros aliados Mayas, nuestro disfraz es idóneo. Estos humanos blancos nos respetarán, serán nuestros amigos, no correrá sangre, viviremos armoniosamente en nuestro jardín Amazónico, ¡no quiero creer las palabras del oráculo, ya los veréis, bellas Ninfas, viviremos en paz!
¡Escuchad, Amazonas! Han pisado por primera vez nuestra tierra, los blancos se maravillan con la belleza de nuestra naturaleza, dos señores muy distinguidos, Cristóbal Colon, y Fray Bartolomé de las casas, se presentan ante nosotros, estos hombres son muy cordiales, pero todos nos percatamos de la avaricia que corre por los ojos del conquistador. ¡Amazonas, escuchad! estos humanos son muy diferentes a los nativos, a las creaciones del maíz, estos blancos quieren las manzanas de oro, ¡estoy seguro, todo es confuso!, yo quería invitarlos a conocer el idioma, la cultura, la creencia, la raza de los humanos indígenas, y ellos se atreven a decir que ellos no tienen alma, que son unas bestias. ¡Por los dioses del Olimpo, observad, bellas Ninfas!, están empezando a asesinar a los indígenas y a robar sus riquezas.
¡Amazonas! ¡la batalla ha comenzado!, estos hombres no tienen raciocinio, ellos son los seres sin alma, ¡escuchad, debemos custodiar el jardín de las Hespéridas!, ¡volveré a mi forma de Dragón!, estos animales “racionales” no saldrán con vida de nuestro Jardín, ellos eligieron los saqueos, la violencia y la muerte. Al parecer, se hacen llamar hombres puritanos, al servicio de su Dios creador omnipotente, viven creyendo que la vida es mundana y vacía, viven esperando paraísos, y una resurrección de un Dios humanizado en vano. ¡Estos hombres no conocen a los verdaderos dioses, no conocen la furia de Poseidón, de Zeus, de Ares. Son unos barbaros, ellos son los paganos, ellos son los herejes.
Siguen robando el oro, las joyas, las vidas de estas almas inocentes, no respetan sus derechos, tratan de hacer legitima esta guerra, esta “conquista”, el rey de España y la iglesia católica intentan evangelizar a estas pobres gentes, ¡que errados están, por los dioses del Olimpo!. Lo más importante es que nunca obtendrán el oro de las manzanas, las Ninfas y yo protegeremos hasta el final de nuestras vidas este hermoso regalo, el fruto sagrado, néctar y ambrosia para los inmortales dioses.
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