top of page

LOS ARCANOS DE LA MUERTE

  • Foto del escritor: Estefanía Gomez Rosas
    Estefanía Gomez Rosas
  • 21 ago 2020
  • 2 Min. de lectura

Despierto pensando en mi belleza, mi divina proporcionalidad, mi perfección divina, me siento perfecta, excelsa, suprema e inefable. Me detengo frente al espejo, me observo en el reflejo, me siento como un pintor Flamenco, mi retrato en aquel reflejo cóncavo o ¿será convexo? Mi cuerpo es una manifestación pura, proporción áurea, me siento perfecta, excelsa, suprema e inefable.

Abro el Tarot, elijo una carta al azar después de barajarlas, aparece ante mis ojos el esqueleto, la muerte con la Hoz entre sus manos, un escalofrío horrible recorre mi cuerpo, hace unas horas soñé que estaba entre la neblina, una visión surrealista, observé a las Moiras de la oscuridad cortando el hilo de una vida.

La oscuridad se apodera de mí, Morfeo domina mi estado onírico y manifiesta lúgubres pesadillas, el Oráculo de Delfos me persigue y me condena con un destino tormentoso. Hoy en la mañana ha estado muy lluvioso, es un mal augurio, las deidades derraman lágrimas de dolor, las Moiras estaban alterando el curso del tiempo, el tiempo se detuvo, el hilo del destino hizo su aparición final, ¡la decisión finita, el destino trágico!

Soy mortal, yo lo sé, pero “amo mi vida, mi vida enigmática, y si alguna día, la muerte quiere acabar conmigo, me arrancaré de los brazos de la vida con dolor” no deseo la muerte, mi alma aún no está lista para el inframundo, amo la vida con todas mis fuerzas, quizás la carta del Tarot es la premonición de un cambio en mi vida, un ciclo nuevo, el comienzo de mi siguiente etapa.

Debemos cerrar ciclos, y renovar nuestras almas, existen dos posibilidades, dos significados para la carta de los Arcanos, los Arcanos de la muerte: un camino me dirige hacia la mortalidad de mi existencia, el otro camino es el inicio de un nuevo ciclo, un nuevo comienzo, una nueva existencia, los dos caminos son el mismo, de una u otra manera, en mis sueños soy fuego, suelo morir y renacer de las cenizas, me observo nuevamente en el espejo ¿será cóncavo o convexo?, me observo en el reflejo, soy el Ave Fénix, hermosa y eterna, sublime y perpetua, la muerte nunca acabará con mi existencia, viviré y renaceré por toda la eternidad, “este orden del mundo, el mismo para todos, no lo hizo Dios ni hombre alguno, sino que fue, es y será, fuego siempre vivo”. Observo mi vida en retrospectiva, el reflejo de la divina proporcionalidad, la proporción aurea, mi divina proporcionalidad, mi perfección divina, me siento inmortal, bella, perfecta, excelsa, suprema e inefable.

Mi cuerpo será ceniza, será polvo y cuando “los gusanos me estén devorando a besos”, les diré que yo era consciente de mi inmundicia, consiente de mi mortalidad, Ser para la muerte, bella pero no eterna. La muerte ha de perseguirme sin fin, todas las mañanas aparece la misma carta, una y otra vez, la historia se repite y se repetirá por toda la eternidad, viviré y renaceré de las cenizas, el eterno retorno de igual, el mundo siempre ha sido, es y será, “todo fluye, nada permanece: panta rei kai oudén ménei”…

 
 
 

Kommentare


Publicar: Blog2_Post

©2020 por Creación Literaria Estefanía Gómez Rosas. Creada con Wix.com

bottom of page